Villardiegua de la Ribera era una auténtica fiesta tras las municipales de 2011. Silvestre Antonio Fernando, alcalde desde 1983 por el PP, había arrasado otra vez: cuatro de los cinco concejales en disputa; el otro fue al PSOE.
La mayoría de los 141 habitantes del pueblo se reunieron para celebrar los resultados de los comicios en torno a un ternero sacrificado en honor al reelegido alcalde. Había donado el animal una vecina, Trinidad Luis Nieto, como ofrenda de lealtad, pero sobre todo de gratitud. Antes de las elecciones, el alcalde había permitido a sus 150 vacas pastar por los prados de la zona sin restricción alguna. Además, conectó una canalización de agua potable con su establo, situado a más de un kilómetro del límite del municipio, pese a que la normativa urbanística solo permite una distancia máxima de 25 metros.
La firma Pordomingo SL ha obtenido casi todas las adjudicaciones de obras públicas municipales de la zona. Por ello, la Fiscalía ha decidido investigarlas. Si quieres leer el reportaje completo, descarga la revista en PDF.