"Te cuento. He estado con Luis hijo y le ha dicho el padre que mañana va a hacer el comité de dirección en La Granja. Lo he oído”. El mensaje de Whatsapp lo envió el pequeño Nicolás a Jaime García-Legaz, secretario de Estado de Comercio, número tres del Ministerio de Economía, el 31 de agosto de 2013. Con ese texto, el intrépido joven, acusado de estafa y usurpación de identidad, comunicaba a su amigo algunas decisiones del ministerio donde García-Legaz es alto cargo. Nicolás vivía de apariencias. “Mi estrategia es hablar poco y que los demás hablen para saber mucho”, decía incluso en televisión sobre sí mismo. Y eso hacía.
Para tirar de la lengua a García-Legaz, Nicolás se marcó el tanto de que sabía la fecha y lugar de una reunión, en apariencia, confidencial: el comité de dirección del Ministerio de Economía, que se celebraría dos días después en La Granja (Segovia). ¿La fuente? Según el mensaje, sería “L. hijo”, una palabra en clave que parece reconocer en su mensaje el secretario de Estado y que corresponde, según ha confirmado esta revista, a Íñigo de Guindos, hijo del ministro y licenciado que trabaja en una consultoría tras estudiar en Cunef, la misma universidad privada donde estudia Francisco Nicolás.
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