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El gato toma sus propias decisiones

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Lunes. Estoy tomando un gin-tonic con un buen amigo que tiene una hija de cuatro años. Lo noto abstraído, pues me presta solo una atención mecánica y sonríe cuando no hay que sonreír o viceversa. Le señalo su ensimismamiento. Dice:

–Es que no paro de darle vueltas. Acabo de recoger a mi hija del colegio. Cuatro años, ya sabes. Pues bien, la pongo en el asiento especial para niños, le cruzo las correas, le hago cuatro gracias y nada, ella en su mundo. Arranco el coche y no contesta a ninguna de mis preguntas sobre el cole, sobre los compañeros. Cuando ya he desistido de entablar algún tipo de comunicación con ella, me dice: Papá. Qué, hija, digo yo. Lo sé todo, dice ella.

Lo sé todo, la frase se me queda grabada. Por la noche, ya en la cama, se me ocurre la idea de que quizá la cría hubiera dicho la verdad. Tal vez hay en torno a los tres o cuatro años un instante de revelación en el que se te abren los misterios más profundos del universo y de la vida. Es posible que nos pasemos el resto de la existencia desaprendiendo aquello que un día aprendimos de manera gratuita. Quizá un instante de un día de cuando teníamos cuatro o cinco años lo supimos todo. De Picasso se dice que tuvo que hacerse viejo para volver a pintar como un niño.

Martes. El gato que tenemos en casa (dónde si no) toma decisiones por sí mismo. Además, antes de tomarlas las piensa. Está ahí tumbado, durmiendo, mientras yo leo o escribo. De súbito, abre los ojos, se estira, abandona el cojín, se dirige a la puerta de la habitación y me mira lanzando un maullido. Quiere decir que se la abra. Se la abro y desaparece como si tuviera que hacer un recado en otra parte de la casa. Yo sigo a lo mío, pero ya no me concentro porque empiezo a darle vueltas al asunto. Me pregunto qué diferencia habrá entre sus decisiones y las mías. También me pregunto quién se aburre más. La respuesta es que el gato no se aburre ni cuando se aburre. Utiliza el aburrimiento como un juguete. Y otra cosa: no estoy seguro, pero creo que atraviesa las paredes. En ocasiones, después de que ha abandonado mi estudio y yo he cerrado la puerta detrás de él, vuelve a manifestarse junto a mí. ¿Por dónde entra? Ni idea.

Miércoles. Una de las cuestiones que más me torturaron de niño es que no tomé la comunión con el estómago vacío. Resulta que aquella mañana, al pasar por la cocina, cogí una de las medias noches preparadas para la fiesta posterior, y me la zampé. Era de chocolate líquido. Enseguida caí en la cuenta de que en esas condiciones no se podía comulgar, pero tampoco era cuestión de arruinarles el día a mis padres, que habían ahorrado para el traje de almirante y todo lo demás. ¿Qué hacer? Comulgar, claro, aunque cometiera un pecado mortal, es más, a sabiendas de que cometía un pecado mortal. Prevariqué, por decirlo en términos actuales. Creo que me hice ateo para escapar a la culpa. Hoy me he encontrado frente a un dilema semejante. Resulta que tenía que hacerme unos análisis de sangre, en ayunas, claro, como todo el mundo sabe. Pues bien, me olvidé y me comí un plátano al levantarme. Podía haber llamado a la consulta y suspender la cita, qué pereza. Me había costado mucho encontrar hueco y no era cuestión de desperdiciarlo. Total, que he ido a hacerme los análisis con el plátano en el estómago, ocultándoselo, lleno de culpa, al médico. Veremos qué pasa.

Jueves. Me llama el médico, por lo de los análisis, y me los lee por teléfono, para evitarme el viaje. Están bien, quizá el azúcar un poco alta y el colesterol en el límite, pero puedo tirar un año más. ¿Y el plátano?, me pregunto. El plátano, nada, no aparece por ningún sitio. Ventajas de ser ateo.

Viernes. He soñado que hacía una paella en la olla exprés y que me salía bien. Un poco de colorante, cuatro cangrejos y un cuarto de chirlas. Es como las hacía mi madre y te chupabas los dedos. ¿Tenía un secreto? De ser así se lo llevó a la tumba. Mañana vienen a comer a casa unos amigos. Quizá el sueño haya sido un mensaje, de modo que voy al mercado a comprar unos cangrejos y unas chirlas. Veremos. 


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