
Los buitres no son vegetarianos, salvo en nuestro pueblo”, dice con ironía Eduardo Osés, de la plataforma Funes sin Basuras. En esta localidad navarra de 2.500 habitantes las rapaces acuden con asiduidad a una planta de compostaje de residuos agrícolas y ganaderos donde se producen fertilizantes orgánicos para la tierra. “La planta de reciclaje IB tiene licencia para tratar purines de cerdo, estiércoles de vacas, ovejas y gallinas, y residuos de fábricas de conservas vegetales. Que yo sepa, eso no lo comen los buitres, pero ahí están. A saber qué tipo de basura están metiendo”, añade Osés, un profesor de autoescuela que ha creado, junto a otros vecinos, la citada plataforma ciudadana a fin de acabar con los olores que proceden de la planta, una finca de 80.000 metros cuadrados repleta de humeantes montones de compostaje sita a 2,5 kilómetros del pueblo. El pasado sábado 24 de enero, quinientos vecinos se manifestaron por la calles de la localidad bajo el lema “Funes sin contaminación. ¡No más basuras!”.
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