El arzobispo emérito de Madrid disfruta de una dorada jubilación en un lujoso piso de 370 metros cuadrados valorado en 1.700.000 euros. Mientras tanto, su familia canaria tienen que dormir en colchones tirados en el suelo en una infravivienda con paredes llenas de moho. Por primera vez, se publican las fotos de las viviendas de los Rouco. Una familia, dos mundos.
La nueva residencia del que fuera todo poderoso de la Iglesia española ha sufrido una faraónica reforma para adaptarla al gusto de su nuevo inquilino que ha costado 370.000 euros con cargo a las endeudadas arcas del Arzobispado de Madrid que incluye maderas exóticas, baños en suite y un espectacular vestidor para el religioso.
La de su sobrina Magdalena, que vive con su marido, tres hijos de 14, 12 y 4 años y su madre está llena de humedades que ya afectan a la salud de los pequeños. La familia no tiene ingresos desde octubre y malviven con la pensión de 430 euros de la madre y de la caridad: Recibe 30 euros al mes de Cáritas para comida.
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