
QUERIDO MARIANO, Don Tancredo de mis entretelas, tú has pisado mierda, créeme, y lo mejor que podrías hacer es presentar la dimisión y encargarle a otro la formación de gobierno. De verdad te digo que si llegas a poner un circo, te crecen los enanos. Cuando aún tenemos presentes tus palabras de ánimo a Bárcenas, se nos mezclan con las que le dedicaste a Alfonso Rus expresándole el afecto que sentías por él. Ya que te las pintas solo para confiar –o hacer como que confías, pues para algo eres de Pontevedra– en una gente abominable, podrías por lo menos callarte a tiempo, justo antes de prorrumpir en elogios hacia alguien que, más temprano que tarde, ya que tienes el partido que da asco verlo, va a acabar ante el juez y puede que hasta en el trullo. ¿Cómo dices? ¿Qué nunca reparaste en el parecido entre Bárcenas y Capone? ¿Qué jamás sospechaste que el gañán de Rus fuese un cantamañanas y un chorizo? ¿Pero a quién pretendes engañar, Mariano? Si cualquiera de nosotros ve a Rus, que es como una versión levemente estilizada de Fernando Esteso, y se lo imagina en un pub como los de las películas de Alfredo Landa, bebiendo a costa del contribuyente y agasajando a algún mafioso ruso del que espera sacar tajada. ¿Cómo dices? ¿Qué no se puede juzgar un libro por las tapas? ¿Qué no basta con tener un aspecto delictivo para ser un delincuente? ¿Pero nunca has oído lo de que la cara es el espejo del alma?
MIRA CÓMO te ves ahora por tu mala cabeza. Igual te sales de rositas, pues los del PP os pintáis solos para poner cara de yo-no-fui, que diría Rubén Blades. Fíjate en Esperanza Aguirre, que tiene a casi todos sus protegidos cesados o a la sombra, pero sigue suelta y farruca; o en Rita Barberá, cuyos secuaces van cayendo uno tras otro sin que ella se inmute; o en Paco Camps, que salió indemne de lo de los trajes cutres de Milano –puestos a vestir de gorra, pega el palo en Armani, ¡joder!– y es capaz de volver a esquivar a la justicia con su pinturero circuito de fórmula 1 y sus trapisondas con Bernie Ecclestone y demás linces del mundo del deporte (por no hablar de su posible relación, y la de Madame Caloret, con el caso Nóos). Hay que reconocer, mi buen Mariano, que para pasaros la ley por el arco de triunfo, los peperos sois insuperables. Y encima, cuando ya no sabéis cómo saliros del marrón en el que os habéis metido, siempre os quedan los mangantes andaluces del PSOE para echarles encima los ERE, las peonadas o cualquier otra maniobra clientelar marca de la casa.
PERO DETENGÁMONOS un momento en vuestro último líder detenido por la policía: Alfonso Rus Terol, nacido en Játiva –como el pobre Raimon– en 1950. En 1995, ya era alcalde de su población, y lo fue hasta 2015. Presidió el PP valenciano –que te has visto obligado ahora a desmantelar porque aquello es la cueva de Alí Babá– entre 2004 y 2015. Fue presidente de la diputación entre 2007 y 2015. ¡Y aún le quedaba tiempo para presidir el club Olímpic de Xàtiva! El pasado 2 de mayo lo suspendiste de militancia y al hombre solo se le ocurrió aducir en su defensa que todo era un montaje en su contra, pues él era un ciudadano honrado a carta cabal que había acumulado una fortuna desquiciada deslomándose de sol a sol, y no participando de todo tipo de corruptelas, como afirman los resentidos de siempre. Al igual que la mayoría de los españoles, conducía un Ferrari –a veces por la acera, como cuando pretendía dar esquinazo a la prensa y casi se lleva a un niño por delante– y, a la manera de Junior Pujol, coleccionaba haigas a cual más fardón. Su mujer, paradigma de la discreción, se conformaba con un Mercedes, que es lo que hacen todas las amas de casa de este gran país. ¿Y de dónde sacaban para tanto que destacaban? Pues parece que tú ni lo sabías ni te importaba. Te juro que a veces me desesperas, Mariano, ya no sé si eres tonto o, directamente, el jefe de la banda. ¿Y luego te extrañas de que nadie quiera integrarse contigo en esa gran coalición que ha de traer a España el progreso y la estabilidad?
¿NUNCA TE fijaste en la parienta del amigo Rus, Begoña Ricart, alias la Rusa, la hija del naranjero, pepona reteñida cuyos vestidos, diseñados por ella misma, podrían utilizarse como pruebas en su contra en cualquier juicio? ¿No caíste en que formaban una pareja ideal de secundarios en cualquier película de Berlanga y Azcona? ¿Jamás viste nada raro en ellos, en su tren de vida, en sus viajes, en sus despilfarros? Ya sé que no es bonito tomarla con nadie por la pinta que tiene, pero hay looks delictivos que mueven de inmediato a la sospecha. ¡Y gente así la hay a punta pala en el PP valenciano, querido Mariano! Gente hortera, conspicua y deshonesta que ha convertido la sección levantina de tu partido en una de las mayores vergüenzas de la Unión Europea; entre los aplausos, para más inri, de sus votantes, auténticos hooligans capaces, como todos hemos visto, de acompañar entre aplausos al juzgado a Paco Camps o Rita Barberá. Reconócelo, Mariano, nunca has querido poner orden en la comunidad valenciana porque todos esos mangantes que se lucraban le pagaban un diezmo al partido. De cada fechoría personal, el 3 por ciento para las arcas del PP. El 3 por ciento, Mariano, como los Pujol en Cataluña. Y tú en la inopia o, lo que es peor, poniendo el cazo, callando y otorgando . ESTOY CONVENCIDO de que el PP está lleno de personas honradas, pero las debes tener escondidas, ya que la gente –el pueblo, como diría el demagogo de Pablemos– solo ve comisionistas, cantamañanas, trileros y ladrones. Si seguís así, algún juez os acabará aplicando el mismo tratamiento que a la familia Pujol y os declarará organización criminal, paso previo a la ilegalización que os estáis ganando a pulso desde hace tiempo. Y por favor, no me salgas con la parábola de la manzana podrida, porque lo que cuesta encontrar en vuestro cesto es una que no lo esté.
PUEDES MIRAR hacia otro lado e inventarte todas las excusas que quieras, querido Mariano, pero el ínclito Rus solo es la gota que hace desbordar el vaso en un momento especialmente inoportuno. Vete a casa, envía tu partido a la oposición y a ver si ahí, donde siempre hace frío y se pasa gazuza, sale alguien que se toma en serio la operación de limpieza interna que el PP necesita para no pasar a la historia reciente de España como una asociación de maleantes envueltos en la bandera constitucional.