
Antes de ser un superhéroe, Luis Bárcenas era ese tipo de hombre al que le gustaba rodearse, digamos, poco limpias. Su afición por lo turbio y por las cuentas en Suiza fueron adaptándolo a la vida entre el lodo, hasta que se transformó en "La Cosa del Pantano". Su actual y teórico aspecto se acentúa en invierno, cuando viste un abrigo acorazado de Al Capone. en el pasado hizó incursiones en el Cono Sur americano, en enormes fincas en las que algunos aliados les han dado cobijo.
Fabrica su cieno, especialmente tóxico, mediante la putrefacción de papeles de contabilidad B. Su hedor es insoportable, pero el excremento le ayuda a mantener peinada su cabeza y a ocultar dinero en cuentas que no dejan de aflorar. Con sus enormes manos ha sido capaz, durnate años, de recoger todo tipo de comisiones, acallando mediante el reparto de sobres las bocas de La Patrulla Azul (de la que fue un preciado servidor).