Quantcast
Channel: Revista Interviu
Viewing all articles
Browse latest Browse all 4309

“No somos un trozo de carne”

$
0
0

Ni me están usando ni me siento infravalorada. Si creyera que con este trabajo me insultan o estuviera incómoda con el vestuario, yo sería la primera en decir no, pero soy muy afortunada de trabajar ahí”. Así resume Lydia Ruiz, una de las azafatas del podio de la Vuelta Ciclista a España en 2014, su trabajo en eventos deportivos. Lydia, que fue miss Córdoba en 2012 y ahora es profesora de Lengua y Literatura Castellana, no cree que las mujeres bellas sobren de los podios. No considera que la vestimenta de la Vuelta Ciclista sea impúdica. “Es muy elegante y no muestra los atributos sexuales femeninos. En la Vuelta no enseño más de lo que enseñaría un día de verano al salir a la calle”, dice esta cordobesa de ojos verdes y 1,75 metros de altura.

Cristina Hernández, directora de Auriga Pull Marketing –la agencia de azafatas de la última Vuelta Ciclista a España– y que también fue cinco veces azafata de podio en esa competición, matiza: “Alguna vez me he sentido como un trozo de carne, pero no por culpa de la organización ni de los ciclistas, sino por comentarios del público”. Hernández cuenta que en esas situaciones no pudo defenderse: “Eres la imagen de una marca, sonríes y no contestas; no te puedes poner a su altura”. Ella contrata a más de cuatro mil azafatas y azafatos de imagen al año, y defiende: “Ni un ciclista, ni nadie de la organización ni un guardia civil se han propasado jamás con las chicas. Nunca, nadie. El trato que recibimos en la Vuelta es exquisito y no hacemos un trabajo de señoritingas. Las azafatas trabajan 14 horas diarias y es una locura”.

Lydia Ruiz, que lleva años compaginando su trabajo en un instituto público de su pueblo, Puente Genil, con sus labores de azafata en el Gran Premio de Motociclismo y en la Vuelta a España, considera que “se da demasiada importancia a si la mujer aparece como objeto sexual en estos eventos”. En su opinión, simplemente se busca la belleza para difundir una marca. “Todos te valoran como imagen e intentan que estés lo más cómoda posible. Nadie te infravalora”, declara esta cordobesa que habla inglés y francés.

En la selección de azafatas para la Vuelta, Lydia dice que buscan, sobre todo, “una sonrisa y alguien con carisma ante las cámaras”. Cuenta que, a la prueba donde la eligieron, ni siquiera fue vestida de forma llamativa: “Me puse un pantalón largo negro y un jersey ancho. Llevaba el pelo liso y maquillaje natural… Me eligieron por saber idiomas y por saber estar; como al resto de mis compañeras”, defiende. Para Lydia Ruiz, las azafatas son la imagen de los patrocinadores y estos eligen a mujeres bellas porque “captan la atención a través de la belleza, ya sea femenina, masculina o de las cosas, igual que hace la publicidad”.

Embajadoras de la vuelta

Mavi Jurado, azafata de imagen del cava Gran Ducay y que fue azafata de podio en la Vuelta a España en 2014, asegura que quienes las consideran mujer florero “no tienen ni idea del duro trabajo que hacemos los 21 días que dura la Vuelta”. Melena castaña, ojos marrones y 1,75 metros de altura (como su compañera Lydia Ruiz, también cordobesa), cuenta cómo, cada día, se levantan a las 6.30 de la mañana para estar listas y atender a los visitantes vips en la carpa de salida, repartir regalos publicitarios, cortar la cinta de salida del pelotón y salir “pitando” para llegar a meta antes que los ciclistas, conduciendo ellas mismas por rutas alternativas.  | Sigue leyendo.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 4309

Trending Articles