Quantcast
Channel: Revista Interviu
Viewing all articles
Browse latest Browse all 4309

La portada de ayer: 1997 | Natalia Estrada

$
0
0

NATALIA ESTRADA fue un trueno de morena asturiana que triunfó en un programa mítico de los albores de Tele 5, La quinta marcha. Ya ha llovido. Enseguida, Natalia fue la chavala de proa de aquel canal, porque bailaba como un dulce demonio, porque era maligna de simpatías, porque resultaba un monumento de juventud. Fue la chica de moda, durante temporadas, hasta que no lo fue. Quiero decir hasta que lo fue en Italia, porque Natalia se casó con italiano, Giorgio Mastrota, y emigró a la televisión de aquel país, donde enseguida les dio el susto a todas las exuberantes zagalas del empleo de su gremio. Como que se ocupó de presentadora, y resultó lo que aquí: un show. Mírenla.

Y además...

Tropicana de frikis

HA QUEDADO el último Manel Navarro en Eurovisión, y a mí esto no me parece un fracaso, sino lo contrario. Eurovisión es una verbena de la laca, y ya solo faltaba que ahí quedáramos aupados. El éxito es quedar mal. Y el éxtasis del éxito, quedar el último, con un par, como Manel Navarro. La tele le da a Eurovisión muchas vueltas de promoción y especulación, como si aquello fuera la UE del micro, que a lo mejor hasta lo es. Yo he visto ese tinglado, durante años, y siempre me parece una Operación Triunfo de coristas talluditas, tenores de bingo, maricuelas de lamé y algún virtuoso que no sé qué pinta ahí. Ahora ha ganado un chico tristón de Portugal, pero qué más da. Eurovisión lleva años prosperando como orfeón televisado de gentes escalofriantes, entre el karaoke y el disfraz, y ahí no necesitamos un barítono de la balada sino un zángano alegre que esté a la altura de esas circunstancias exóticas. O sea, que lo mismo tocaba enviar de nuevo a Chikilicuatre. El resto de los países vienen enviado a sus Chikilicuatres correspondientes, si ustedes se fijan, solo que son Chikilicuatres que se lo toman en serio. Nuestro Chikilicuatre que no es que se cachondeara de Eurovisión, que un poco o un mucho sí lo hizo, sino que entendió, sobre todo, que Eurovisión es un cachondeo. Yo creo que de ahí no hemos salido, y no hablo de los tiempos del “La, la, la”, obviamente.
Lo que pasa con Eurovisión es que es un Tropicana de frikis que aún no se han dado cuenta de que lo son. Andreu Buenafuente, que fue quien perpetró a Chikilicuatre, envió a un friki, sí, y el friki quedó como si fuera un cantante. Otras veces hemos enviado a un cantante, y el éxito fue que nuestro cantante no resultara un friki. Les recuerdo casos: Raphael, Sergio Dalma, Paloma San Basilio, o las más recientes Rosa López, Soraya Arnelas o Edurne. Si me pongo serio, casi diría que han seguido sus carreras respectivas a pesar de Eurovisión. No nos corrijamos, para ediciones próximas. Enviemos a otro surfista, a otro Chikilicuatre. El éxito ahí es una brillante manera de fracasar. | Sigue leyendo.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 4309

Trending Articles