
lo del kilómetro 0 del PSOE sonó a retórica. Es poco frecuente ver nacer a un bebé de 138 años. Pero sus primeros pasitos han sido tan desconcertantes que hacen sospechar que era verdad lo que decía Pedro Sánchez, el PSOE empezaba con él. En un partido de militantes choca un pelín que se elija para portavoz parlamentario socialista a una no militante. Hay que recordar que esa portavocía en el Congreso, en los periodos de oposición le estaba reservada al líder socialista, al menos en las grandes ocasiones. Pero se da el caso de que ese nuevo líder no es diputado, por lo que una no militante será la encargada de defender al PSOE en los debates parlamentarios más importantes. Otro movimiento ha sido la designación de Cristina Narbona como presidenta de los socialistas. Hasta ahora, ese puesto no llegaba a ser honorífico, pero casi. Se trataba de poner a un hombre o mujer bueno/a capaz de estar por encima de los problemas cotidianos para intervenir en las contadas ocasiones que fuera necesario y, en cualquier caso, ser un referente socialista del que tirar. Pero los primeros movimientos de Narbona indican que también esto ha cambiado, que la presidenta del PSOE se erige en uno de los jefes con mando en plaza. Y no lo digo por lo del CETA, sino porque el propio partido la empieza a utilizar como portavoz autorizada para una variedad de temas. Quede claro que las cualidades de Robles y de Narbona no están en cuestión.
Y hablando del CETA, el PSOE parece prisionero de la abstención. Es tan democrática como el sí o el no, pero deja un poco frío. Parece que no acabas de tener una opinión formada y te refugias en quedarte en medio. Y en un partido cargado de ideología y de historia, no es la mejor imagen que se puede dar. La abstención en la investidura de Rajoy se hizo con los dedos en la nariz, y la de la censura contra Rajoy y la investidura de Pablo Iglesias, como la única salida para no quemar muchas naves. Ahora llega la del CETA y hay que constatar que de todas ellas, la única que tuvo un debate interno fue la primera, las otras han sido adoptadas en familia. La abstención no es un posicionamiento firme, pero peor sería llegar al “no sabe, no contesta”. | Sigue leyendo.