
En España sorprende a todo el mundo, pero yo llevo bailándolo desde los diez años”. Con la misma naturalidad con la que mueve las nalgas, Bea nos habla del twerking. Esta africana de 28 años afirma que “en el gremio negro”, este baile-escándalo lleva toda la vida; es ahora, al salir de ese círculo, cuando causa polémica. Desde que Miley Cyrus protagonizó, el pasado agosto, el polémico restregón en la gala de los premios MTV, la moda del twerk no ha hecho más que crecer. Venido no solo de Estados Unidos, sino también de la África urbana, ha irrumpido ya en dos salas pioneras de Madrid, Bash y Shoko, donde cada noche gana adeptos.