Hay un programa demediado en Canal+ que presenta Javier Coronas, acompañado por los incandescentes humoristas Javier Cansado y Pepe Colubi. Los tres invitan a su mesa a dos incautos del humor, la farándula, el periodismo, el teatro, el cine o lo que se precie. Con esos mimbres construyen Ilustres ignorantes, que graban ante el público en la sala madrileña Galileo Galilei un deliro catódico y surrealista que inyecta frescura en tiempos de tinieblas. Son el contrapunto extremo de otros ignorantes que aparecen en tertulias y programas de supuesto debate, profundo, político y de actualidad, de radios y televisiones. No todos lo son, ignorantes; algunos, insólito, se preparan los temas a tratar, y se nota. Otros callan cuando no saben, y unos cuantos pontifican con osadía. Incluso se da el caso de un preterido experto en comunicación política que es consultado de manera frecuente en la emisora del grupo mediático que se cargó el zapaterismo, cuya estrategia de derribo firmó, entre otros, el mencionado experto. Cosas veredes. Y también nos cuentan que los directores, realizadores, cámaras y guionistas de los actuales programas de televisión dedicados al debate político se forjaron en los programas de crónica social y del corazón. Por eso, Pablo Iglesias es a Belén Esteban lo que Eduardo Inda es a Kiko Matamoros, y a su vez Pablo Casado lo es a María Patiño y Antonio Miguel Carmona a Mila Ximénez. Jorge Javier no tiene iguales ni admite comparaciones, con él se rompió el molde.
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