
Director: Tal Granit, Sharon Maymon.
Producción: Moshe Edery y otros.
Guión: Tal Granit, Sharon Maymon.
Intérpretes: Ilan Dar, Levana Finkelstein, Ze’ev Revach.
¿Es posible afrontar la muerte con humor? Puede que sí; o, al menos, sin excesivo dramatismo: esta es la lección que imparte La fiesta de despedida organizada para decir adiós a Max, que vive en una residencia de ancianos de Jerusalén. Afectado por una enfermedad terminal, Max no quiere seguir viviendo y le ha pedido a su amigo Yehezkel que lo ayude a morir en paz. Y este, incapaz de hacerlo por sí mismo, construye una ingeniosa “máquina de eutanasia” que permite al enfermo apretar el botón que pondrá fin a su vida. De modo que todos los amigos de la residencia se reúnen –naturalmente, en secreto– para estar con Max hasta el último momento. Lo malo es que el procedimiento se divulga a toda velocidad y Yehezkel y sus cómplices no paran de recibir solicitudes de diversos aspirantes a dejar este mundo con la misma sencillez y eficacia.
Los directores-guionistas apuntan certeramente a un problema tan actual y controvertido; no para dar soluciones, sino para proponer un punto de vista inteligente, casi humorístico y profundamente humano.