Se desconoce de qué color es el cuaderno de Rajoy, si uno azul corriente, como el de Aznar, o lleva cuerdas, como los legajos del juzgado. De hecho, habría que saber si el presidente tendrá la habilidad de consultar con la Audiencia Nacional antes de afrontar algún cambio, porque no ha estado muy astuto con el delegado del Gobierno en Valencia o con la ministrable/imputada Lucía Figar, que un día sonaba fuerte para ocupar el hueco que deja Wert en su huida y al día siguiente se afilia a la larga lista de compañeros imputados. Quién lo iba a decir, una Esperanza Aguirre en joven y atractivo, un valor en alza para un partido en franco retroceso. Y, por qué no recordarlo, otro de los peones de Alejandro Agag que acaba trincada por las muñecas. Lo que ese chico toca lo convierte en oro. ¿De qué color será su cuaderno?
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