"Santiago. Calle República Argentina. Aniñadas”. El anuncio publicado en la sección de relax de varios periódicos gallegos no dejaba lugar a dudas. A finales de 2013, unos meses después del asesinato de Asunta Basterra, una joven gallega que trabajaba como prostituta en ese piso contó a la policía que allí había menores de edad y que también acudía como cliente el padre de la niña, Alfonso Basterra, entonces ya encarcelado por el crimen que ahora se está juzgando.Según ha podido reconstruir esta revista de fuentes próximas al caso, la Policía Nacional trasladó la información al juez José Antonio Vázquez Taín, que estaba de guardia y además era el instructor del crimen de Asunta. El juez libró un oficio para que se investigara si se estaba prostituyendo a menores de edad en ese piso, y el caso pasó, por reparto, a la magistrada Ana López, del Juzgado número 1 de Santiago de Compostela.
Sigue el caso Asunta en interviú.
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