
Se celebra estos días en la Audiencia Provincial de Castellón el juicio contra Francisco Martínez Capdevila, alcalde del PP de la localidad castellonense de Vall d´Alba y ex vicepresidente de la Diputación de Castellón. El que fuera mano derecha de Carlos Fabra –expresidente de la diputación castellonense, hoy en prisión por delito fiscal– está siendo procesado por el fallido pelotazo de la depuradora de Borriol, que iba a instalar en sus propios terrenos, expropiados por un valor muy alto. Pero no es la única polémica que ha protagonizado Martínez desde 1991, cuando accedió a la alcaldía de Vall d´Alba, de 3.000 habitantes. Interviú contó en exclusiva el empadronamiento de 150 rumanos en la localidad antes de las elecciones municipales de mayo de 2011, curiosamente en el domicilio de familiares del alcalde Martínez, de otros cargos del PP local y en masías abandonadas. La justicia, no obstante, no encontró indicios delictivos. También se libró Francisco Martínez de cualquier responsabilidad judicial por heredar toda la fortuna de la millonaria Teresa Martínez Miravent, la tía Teresita –con quien no le unía ningún parentesco–, en junio de 2011. Un total de 18 fincas que sumaban medio millón de metros cuadrados –en su día, algunos de ellos recalificados, como una parcela en Valencia, frente al nuevo Hospital de la Fe y otro en el centro de Castellón–, y una masía histórica. La tía Teresita había estado cuidada durante los últimos 25 años por la familia de un primo, que se quedó con una mano delante y otra detrás. La polémica herencia, que descubrió Interviú, fue un escándalo en la localidad regida por el alcalde Francisco Martínez, uno de los políticos valencianos más ricos, que parece que sigue los pasos de su mentor, Carlos Fabra, en cuanto a sentarse en el banquillo de los acusados.