
El carmín y la sangre. Montero Glez. Algaida. 20 euros
Qué escritor tan racial. El carmín y la sangre (“pueden confundirse en una copa de vino”) recrea la llegada de Ian Fleming a Gibraltar en 1941 para encargarse de la operación Goldeneye. El autor saca de los libros de historia al agente secreto y lo introduce en su texto junto a personajes que sobre todo emanan sospecha. Con un estilo agilísimo, trufado de adjetivos certeros y analogías bordadas, Montero domina las atmósferas y las sensaciones. Hay amores y acción a borbotones, fulgor, vida. Todo bien manchado de color. Olé.
El viejo Rivers. Thomas Wolfe. Periférica. 13 euros
Base de la película El editor de libros, (ver la sección de cine más arriba), este delicioso opúsculo satiriza la vida social neoyorquina del primer tercio del siglo XX. Rivers, trasunto literario del editor Robert Bridges, es un hombre timorato y ampuloso, pero en el fondo genialoide, que disfraza su poquedad íntima viviendo en un club de forma ostentosa. Pese a la marginación en su trabajo, se da importancia sin advertir el disimulo de quienes le rodean. Su rasgo final de suprema vanidad no es sino la metáfora del fin de una época.
Lección de alemán. Siegfried Lenz. Impedimenta. 24,95 euros
Consagrado como uno de los grandes autores alemanes contemporáneos, la agudeza de Siegfried Lenz para la penetración psicológica brilla en esta densa obra, que plantea el conflicto entre la obediencia y el sentido del deber. Con la sombra de la culpa deslizándose por las casi 500 páginas de este novelón, el protagonista, obligado por su padre, policía, a espiar a un pintor denostado por el régimen nazi, examina su conciencia cuando rememora en un centro para jóvenes inadaptados aquel drama personal.