DE UN tiempo a esta parte, de unos años a estos días, cada vez que veo un nuevo libro escrito por un periodista, tiemblo. Primero, por la tentación de solidaridad corporativa de comprarlo, cosa que suele suceder; segundo, por la frustración que me produce su lectura, si es que la acabo, pues lo que se promete como una obra de riguroso trabajo periodístico no suele pasar de un cúmulo de chascarrillos y opiniones de aquí y acullá, algún que otro dato, todo muy conocido y casi siempre prescindible, y ordenado con las prisas que marca la editorial y la efímera actualidad que pueda tener el engendro. Por eso es muy placentero e interesante encontrarse con una obra como ‘El fin de ETA. Así derrotó la democracia al terror’ (Espasa, 2017) de los periodistas José María Izquierdo y Luis R. Aizpeolea. El libro tiene un antecedente en forma de documental cuyo guión es de los mismos autores. Ambas piezas son excelentes e imprescindibles para entender bastante de lo que nos ha pasado con un asunto tan turbio y doloroso como el del terrorismo etarra en sus últimos años. En el libro de Izquierdo y Aizpeolea hay mucho rigor periodístico, muchas horas de entrevistas, mucha destilación de contenidos para conseguir más de trescientas páginas de un relato trepidante que aclara hechos y ordena otros, con valentía y seriedad, con periodismo. Lo cual alivia mi inquietud inicial: todavía hay periodistas que, fruto de su oficio, escriben libros que merecen la pena. | Sigue leyendo.