
Permanezcan atentos, vienen tiempos en los que seremos tachados, uno a uno, de algo que ni siquiera sospechemos que somos. Pablo Iglesias reparte desde la tribuna de oradores carnés de intelectual sobradamente preparado y lector de mucho nivel. Bueno, la verdad es que lo que más concede son títulos de inculto. Por la cosa de la pelea del espacio, Albert Rivera, en lugar de distribuir esos mismos carnés de la biblioteca municipal, prefiere decidir quién es trabajador y quién no, pero también en negativo: carné de vago. A saber lo que nos tocará a cada uno, porque ambos personajes también se han apropiado de la troqueladora de carnés de corrupto. Y si en esos lodos se mueven dos concejales morados, entonces se puede malversar (presuntamente) dinero público sin que te hagan la foto de frente y de perfil ni te den el carné de imputado. | Sigue leyendo.