Hemos dejado un año de mucho bebé, desde el niño de Piqué al niño de Penélope, pero esto de las apoteosis del aumento de familia de los famosos a mí me provoca más bien pereza, porque no tengo lenguaje para la infancia, ni oral, ni escrito. La crónica cruzada de pediatrías no es mi fuerte. Me gustan más, puestos a ver un año cumplido, las separaciones, que ponen a veces trifulca, quizá, en un primer momento de titulares, para enseguida aportar dos solteros al mercado. O sea, que éstas sí me parecen noticias alegres. Ahí están de vuelta a la soltería Eva González y Cayetano Rivera, y Carmen Martínez Bordiú y José Campos, y Ana de Armas y Marc Clotet, y Kylie Minogue y Andrés Velencoso, y Adriana Ugarte y Alex González, y hasta Amador Mohedano y Rosa Benito, y perdonen el brochazo de garrafón. No me digan que, para un año de estreno, no tenemos un buen elenco festivo. Soltero, o soltera, es aquel que vive suelto. De modo que aquí tenemos un coro de famosos de lámina que van a ennoviar, probablemente, con otros famosos aún imprevistos, para que siga la juerga. Si ustedes se fijan, los famosos suelen emparentar con otros famosos, salvo algunas reinonas del folclore que van directamente a buscarse un millonario. Ya digo que los nuevos bebés me dan poco o ningún juego en las crónicas, como las bodas, casi, que son un álbum de mediocre felicidad, y una portada de trinque si eres torero.
Uno, que es un desviado literario, y por tanto propende rápido al daño o la desdicha, escoge antes una condena que un noviazgo. Sale antes y mejor el folio. Y por eso nos ha traido mucho tema Isabel Pantoja, que ha llevado como ha podido la pena de 24 meses de prisión por blanqueo de capitales, y también como ha podido el aterrizaje de Chabelita en las portadas, aportando mayoría de edad y embarazo dentro de la misma edición. Eso, y un novio pintoreso y pinturero, Alberto Isla, que ya veremos si nos sale un relevo de Antonio David, el de Rociíto. Y por eso mismo nos ha traído también mucho argumento José Ortega Cano, al que se le ha cruzado la trena en su vida. En la suya y en la del hijo díscolo, José Fernando, que viene cumpliendo prisión por robo y agresión. Ortega, tan viudo de sí mismo, tiene enfrente el mal toro de 2014. Es justo lo contrario a lo que espera de este año nuevo Belén Esteban, la reilusionada, que viene de quitarse de las drogas y de competir de best seller con Pérez Reverte.
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