
Llegaron a primeros de febrero procedentes de Holanda. Son 27 recreaciones genéticas del uro primigenio que habitó los pastos donde cazaba el hombre de Atapuerca. Según salieron del camión, se dirigieron al cercado erigido por los responsables de la asociación sin ánimo de lucro Paleolítico Vivo y se lo saltaron sin miramientos ante la sorpresa de los presentes. Aún hoy siguen campando a sus anchas, sin que hayan conseguido reagruparlos, por los montes de los municipios burgaleses de Brieva y Salgüero de Juarros. Este último ha arrendado a dicha asociación unas doscientas hectáreas de monte vecinal para el proyecto de introducir fauna prehistórica en la comarca a fin de hacer una especie de parque paleolítico… en vivo y con fines turísticos.