Los resultados del paro de noviembre han dado un nuevo respiro al Gobierno, que ve cómo hay menos parados, pero a la vez menos empleo también. Es lo que tiene la varita mágica de Rajoy, que con tanto entretenimiento deportivo no le da para arreglar todo a la vez. En esto del empleo, los mensajes oficiales insisten en convencernos de que la cosa va bien, idea repetida a lo largo y ancho de este país. Tanto, que los padres del mantra piensan que ha calado. Pero un día después viene el desastre: el Centro de Investigaciones Sociológicas saca su barómetro, en el que queda meridianamente claro lo que los españoles piensan de verdad: la peor (la peor, recalco) política del Gobierno es la de empleo. Tanto trabajo echado a perder. Y eso que no han escatimado esfuerzos y han repetido la mentira tele arriba, tele abajo, sin despreciar ningún grupo de público, que cualquier día vemos alabando a Fátima Báñez en la misa dominical.
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