
El tema del agua está arruinando a la gente de Lorca mientras hay otros que se enriquecen con las instalaciones de las desaladoras y las obras”, lamenta Juan Mariano Hernández, agricultor de la pedanía murciana que está teniendo graves problemas para pagar su hipoteca por culpa de la mala racha del sector. Su vecino, Plácido Pérez, representante de hortalizas en COAG Murcia y coordinador en la Cooperativa Alimer, recalca la rabia de los regantes ante el escándalo de Acuamed: “Todo el mundo robando a costa del trabajo de los agricultores”.
Las irregularidades de Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed, empresa pública dependiente del Ministerio de Agricultura) han colmado su paciencia. Anuncian movilizaciones si no les dan garantías de que el agua de las desaladoras llegue hasta sus campos.
Tras la detención de Arcadio Mateo, director general, y Gabriela Mañueco, directora de Ingeniería, estos agricultores lorquinos se enteraban de que el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco estaba investigando la compra de tuberías que unen la desaladora de Águilas y el Cerro Colorado.
Los regantes pagan el 20 por ciento de las obras iniciales, por lo que se sienten estafados: “¿Qué culpa tenemos de sus tinglados, cuando hemos estado pagando el porcentaje que nos correspondía y del que también nos han robado?”, se pregunta Plácido. En un auto del juez consta un sobrecoste de 240.000 euros en la compra de estas tuberías (ver recuadro de la página 25).
El diputado regional socialista Emilio Ivars ha difundido su preocupación por las pérdidas millonarias en ayudas e inversión que el escándalo puede provocar. Además, ha recordado con ironía el tuit que Teodoro García Egea, diputado murciano del PP, publicó en marzo de 2014: “Una gran gestión de Arcadio Mateo al frente de Acuamed”.
Por su parte, a los regantes del Guadalentín les preocupa si pararán las nuevas obras, aprobadas en diciembre pasado y presupuestadas en más de seis millones de euros. Se trata de la instalación de unas balsas de presión que debía sacar a concurso Acuamed. Los agricultores exigen al ministerio que sea la Confederación Hidrográfica del Segura la que realice el proyecto. Juan Marín, presidente de la Comunidad de Regantes de Lorca, ha trasladado la petición a la cúpula en funciones de Acuamed, dándole una semana de plazo para que lo confirme. Acuamed “ha transmitido un mensaje de confianza”, dice Marín.
De momento, y una vez acabe la instalación de una tubería de 26 kilómetros entre la desaladora y el valle, el agua solo llegaría al 30 por ciento de los regantes, por lo que las obras aprobadas, y que afectan al 70 por ciento restante, son vitales para los vecinos de Lorca y Totana. “Queremos saber cuándo va a llegar el agua de la desaladora. Bruselas investiga y no sabemos si la obra seguirá adelante”, se indigna Plácido.
Francisco Román, concejal del PSOE en Lorca, quiere evitar que los “agricultores vean pasar la tubería por sus tierras sin poder usarla por falta de presión. No se pueden dejar 11.200 hectáreas de regadío consolidado sin agua por culpa de Acuamed”.