CADA LEGISLATURA acarrea tópicos y lugares comunes. La anterior, breve aunque intensa, nos destrozó las meninges a razón de dos kilos de líneas rojas cada media hora. No sé cómo los políticos, tan denostados muchas veces de forma injusta, no son apaleados dialécticamente por lo mal que hablan, por su escasez de recursos léxicos y sintácticos, por su gramática parda y su inexistente morfología. La fonética es caso aparte, y en eso Rajoy se lleva la palma con sus eses silbantes, pero el pobre acude a todas partes con papeles hasta para decir “buenos días” o “amigos y amigas”, expresión esta última que le encanta. En la actual legislatura de nuestros pecados, que también puede ser breve, hay dos grandes descubrimientos: bloqueo y abstención técnica. La segunda lleva camino de convertirse en apoyo en sí, aunque también técnico y con sonrisa Villacís, antes Profidén. La primera, el bloqueo, es el muerto que le han endilgado a Sánchez y al PSOE. Es como aquel enfermo que se encuentra a un amigo y le dice “qué mala cara tienes” antes de que se lo digan a él. Este verano también he rescatado una expresión, “y dos huevos duros”, la repetida petición de Groucho para el insólito camarote de los hermanos Marx. Por eso, cuando alguien de la cúpula del PP acuse a Sánchez de estar de vacaciones, Antonio Hernando, del PSOE, debería dar una rueda de prensa en bañador y decir con contundencia: “Y dos huevos duros”, con bocina de Harpo incluida. A ver si así…
Aquí, tu interviú al completo.