NO ES QUE le crezcan los enanos. A Rajoy lo que le está pasando factura estos días es la ansiedad, pero no la de hoy, sino la de ayer, la del mandato de Zapatero, cuando creía que nunca conseguiría llegar a La Moncloa por la vía normal. Entonces se agarró a las víctimas del terrorismo como un náufrago a un tablón, e intentó salvar su propia vida para que el PP le diera una tercera oportunidad de acudir a las urnas como cabeza de cartel. Y allí salieron los dirigentes del partido, excitando el dolor de las víctimas, descubriendo atentados olvidados por Rajoy y los suyos durante años y años y provocando el vómito a muchas personas de bien. Fue una apropiación indebida del dolor de las víctimas y un abuso político deleznable. Y me alegro de que ahora Rajoy sea víctima de las víctimas.
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